Los trips son unos insectos diminutos, de entre aproximadamente uno y tres milímetros de longitud, que representan una plaga muy común en el mundo agrícola. A día de hoy existen más de seis mil especies descritas, aunque solo unas pocas son relevantes para los cultivos.
Biológicamente, los trips pasan por varias fases: huevo, larva (dos estadios), pupa (también varios instares) y adulto. En su etapa adulta tienen alas que les permiten volar. En muchos cultivos afectados por ellos es habitual encontrarlos en el envés de las hojas o dentro de las flores.
Cómo afectan los trips a la agricultura
Estos insectos pueden resultar especialmente dañinos para aquellos cultivos donde estén presentes.
Daño directo a los tejidos vegetales. Los trips se alimentan succionando el contenido celular de las plantas, lo que provoca la aparición de manchas plateadas o grisáceas en sus hojas, las flores y los frutos. Este raspado da lugar a deformaciones, hojas esqueletizadas o productos con poca salida comercial.
Transmisión de virus. Uno de los daños más graves de los trips es su capacidad para actuar como vectores de virus vegetales. Por ejemplo, la especie frankliniella occidentalis puede transmitir virus del tipo tospovirus, como el Tomato Spotted Wilt Virus. Estos microorganismos pueden comprometer seriamente la producción y calidad de los cultivos.
Impacto en la calidad y rendimiento. La acción ofensiva de trips puede reducir la producción de frutas y hortalizas, ya sea por la deformación de los órganos vegetales, la caída de flores o por la disminución del valor comercial de los productos. Además, en algunos casos las plantas más débiles pueden incluso morir tras ataques masivos.
Interacción con factores ambientales. La proliferación de trips depende de factores como la humedad relativa y la temperatura. También es relevante que pupen en el suelo, lo que complica su erradicación si solo se actúa sobre el follaje.

Estrategias para combatirlos
Un control de trips eficiente ha de ser capaz de abordar tanto su biología como su comportamiento, por lo que la mejor opción suele ser recurrir al manejo integrado de plagas (IPM). Para ello, se puede recurrir a estrategias como las siguientes.
Control cultural
- Evitar el aporte excesivo de nitrógeno en fertilización, ya que favorece la multiplicación de trips.
- Mantener una adecuada sanidad vegetal: podar o eliminar las partes más atacadas (flores, hojas deformadas, etc.) para reducir la población.
- Implantar barreras físicas: cubrir las plantas más jóvenes con mallas finas para evitar que los adultos accedan a ellas.
Monitoreo
- Utilizar trampas cromotrópicas azules adhesivas para atraer y capturar ejemplares. Esta técnica ayuda a elevar cálculos estimativos de su población y a tomar decisiones de intervención.
- Revisar regularmente el envés de las hojas en busca de excrementos oscuros (pequeños puntos negros), un indicio claro de actividad de trips.
Control biológico
- Introducción de depredadores como el orius laevigatus, un insecto auxiliar muy eficiente frente a los trips.
- Uso de otros biocontroladores como ácaros depredadores o tratamientos biológicos específicos.
Control químico
- En casos de infestación severa puede recurrirse a insecticidas, pero siempre con criterios de uso responsable que eviten dañar a los insectos beneficiosos.
- Alternar modos de acción para evitar resistencias.
Métodos complementarios
- Aplicación de repelentes orgánicos como extractos de ajo o pimienta para espantar a los trips antes de recurrir al uso de insecticidas.
- Uso de cubiertas reflectantes (como plásticos metalizados) en los cultivos. Esta técnica desorienta a los trips y reduce su colonización.
Aunque su tamaño es muy pequeño, los trips son una plaga poderosa y versátil. Su capacidad para dañar tejidos vegetales y transmitir virus los convierte en un problema importante para muchos cultivos, ya sean de hortalizas, frutales u ornamentales. Pero, por supuesto, estos no son invencibles. Con un buen programa de manejo integrado puede mantenerse a raya su población y minimizar el impacto económico de su presencia.
Imagen principal de Katja Schulz.
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